Solo hay que pensar por un momento en la cantidad de supocisiones que hacemos día a día. Por supuesto no nos detenemos a pensar en ellas. No es práctico. Pero es parte de nuestra naturaleza negar (o hacernos de la vista gorda) ante un sinnumero de cuestiones, unas importantes y otras no tanto... Veamos...
Suposiciones hechas a diario:
- (antes de despertar) El mundo sigue existiendo.
- Despertaré en casa, o en el mismo lugar en donde me quedé dormido, o en un lugar al que es probable que haya llegado mientras dormía.
- Despertaré al lado de una persona que no me alarme saber que hemos dormido juntos, o despertaré solo si me dormí solo.
- El mundo esta "como lo dejé", o con cambios no demasiado drásticos.
- No he sufrido daño mientras dormía. Puedo levantarme y seguir con mi vida
- Los lugares a los que tengo que ir, siguen existiendo y no se han modificado demasiado.
- La personas a las que espero ver, no han muerto ni se han accidentado.
- No moriré hoy. Volveré a casa para la cena (o algún equivalente).
- No sufriré daño fisico irreversible, y volveré a casa saludable.
- El mundo no terminará hoy.
- Sigo teniendo mi trabajo (o un equivalente)
El problema surge cuando alguno de estos no se da. Y entonces es tiempo de alarmarse. Es tiempo de decir que sucedió un accidente, algo no previsto, etc.
Pero esto no es importante. Lo importante es que tenemos el lujo de hacer estas suposiciones y no preocuparnos demasiado por ello.
Como el futuro inmediato parece no contener situaciones de vida o muerte nos resulta facil ir por allí y hacer daño a personas importantes para nosotros, a fin de cuentas el futuro es vasto y (aunque siempre con sus complicaciones) tranquilamente asumimos que es continuo, constante y que las personas, los lugares y las cosas como las conocemos no cambiarán demasiado.
Asi pues, otro acto de fé sería, por ejemplo:
-No estallará una guerra pronto.
No tengo que preocuparme por bombardeos a la ciudad, o por salvar mi vida escapando de las balas. Seguiré teniendo mi casita en saludables condiciones. Si quiero comida solo tengo que ir a un restaurante o al super, no tengo que pelear por ella ni rebuscarla entre la basura; la consigo facilmente -solo hace falta dinero-, no es necesario ir muy lejos o correr situaciones de peligro para conseguirla, asi como tampoco debo pasar largos periodos de tiempo sin comer simplemente por que no hay cómo o dónde conseguirla.
Por que también es fácil ignorar la existencia de personas en situaciones como ésta, pretender que nada pasa y engullir bocado tras bocado, ver programa tras programa, decir mentira tras mentira.
Es por eso que cada día que amanece y sé que puedo quedarme huevoneando un rato más en la cama, y luego levantarme a abrir el refri y desayunar, cada día que puedo andar en bóxers por la casa y jugar nintendo, cada día -por más aburrido, gris y monotono- es un regalo.
Cada día que puedo platicar con mi hermano, que podemos hacer bromas, decir idioteces, burlarnos de las cosas, hacer estupideces en equipo, es un momento que no se volverá a repetir y que la mayoría de las veces no me da la gana arruinar con una pelea, con una discusión, con un comentario fuera de lugar...
Dulce, dulce pulparindo.
Dibujo: Sam Brown. Título: "Twenty four seven"("Veinticuatro siete") SItio web: explodingdog
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