lunes, 24 de septiembre de 2007

se rompió la guitarra...

Oh no!
Vuelvo a relatar algo sucedido en la realidad ¿tan mal estoy? puede ser, pero creo que es de esas cosas que a uno le gustaría que pasaran más seguido...

Después de una jornada sin sucesos increíbles, fantásticos o dignos de una novela épica, sucedió que estos dos hechos "hicieron mi día":
Primero. Iba caminando de regreso a casa (venía de formarme media hora en un banco aburrido y gris) y en eso, vi que a lo lejos venía un sujeto extravagante. Era un payaso, pero uno genial! Llevaba sombrero de copa y un traje negro, pero que le quedaba grande. No estaba demasiado maquillado -pero la nariz roja no podía faltar- , y tenía un graaaan sombrero de copa.
AL pasar a mi lado, me saludó haciendo una cara chistosa, quizás notando en mi expresión que mi día no había sido muy entretenido que digamos. Se sorprendió al ver que le regresé el saludo, pues quizás esperaba que me siguiera de largo, o que pusiera cara de "que pedo", pero no. La verdad me hizo sonreír, pues a mi me pareció que lo hizo con la única intención de alegrarme el día.

Luego, cuando iba a cruzar la calle, vi a un niño a bordo de un convertible. En realidad eran dos, el niño y su hermana. Y su madre iba, fastidiada, al volante. Dejé que el auto avanzara para cruzar la calle detras de él. Pero cuando pasó, vi que el niño me hizo una cara. Sacaba la lengua y me hacía burla. El auto frenó un poco. Le devolví la mueca al chamaco y puso cara de "ahh! maldito", pero en eso arrancó y no pudo devolverme el gesto.

Ja, toma esa, chamaco.

(por cierto, no hay ningún mensaje en clave en las palabras en mayúsculas. Simplemente me dió por poner en mayúsculas palabras al azar)

sábado, 8 de septiembre de 2007

blanco y rojo


Y a ella le temblaban las manos, y sudaba, y respiraba rápidamente. Y no quería pensar, pues temía que la razón le pusiera freno a esa pasión por la cual se estaba dejando llevar en esos momentos. Se sentía liberada, no iba a dejar que algo se interpusiera en su camino.
Tomó el martillo, uno que ya había usado antes en una ocasión similar y sobre el cual aún podía distinguirse la sangre seca. Ella le rezaba a Dios todas las noches desde hacía tres años, le rogaba con fuerzas y con lágrimas en los ojos "Dios por favor no me dejer tocar ese maldito martillo ni una sola vez más".
Pero ahora los rezos nada valían, el dolor nada valía y las huecas palabras de él... pronto jamás sonarían.
*pum!* golpeó a puerta de madera con la cabeza del martillo. Podía leerse la rabía en sus ojos, ya no quedaba mas que furia, odio, y rencor, mucho rencor guardado que ahora se desbordaba y llenaba su ser, su alma, por todas partes.
*bum! BUM! BUM!* estaba dejando de importarle el destazar la puerta por completo, cada segundo era un momento más que recordaba: él mintiendo con un ramo de flores en la mano, imágenes de él con otra mujer en unas fotografías ocultas, sus desesperados y patéticos intentos por ocultar lo que tanto tiempo llevaba cargando... ya nada valia, ya ningún instante de felicidad contaba, ya sólo pensaba en cometer su propósito.
*CRACK! CRACK! TRACK!* las astillas saltaron y le pegaron en la cara. Ni se inmuto. Entro con unas zancadas tremendas, hundiendo con fuerza el pie en la alfombra a cada paso que daba, haciéndo notar que estaba allí, y que no saldría sin antes haber perdido la razón por completo ahí dentro.
-DONDE ESTÁS MALITO C**RÓN! - su voz expresaba ira, un odio crudo que ansiaba ser vengado. Ya no más. Ni una mentira, ni un engaño más. No iba a permitir que se burlaran de ella de esa forma, y estaba dispuesta a dejarlo bien claro.
Lo encontró buscando con desesperación entre los cajones, una maleta abierta en la cama habría de ser testigo de aquel acto atroz. Cuando la vió se sintió aterrado, sabía que nada podía hacer contra la voluntad de aquel miserable ser.
Imposible decir que sucedió después, pues era asunto de ellos.
Los periódicos de dos días después hablaban de un cadaver destrozado a golpes, pero ellos nunca sabran que en la verdadera masacre no hubo costillas rotas ni craneos mutilados.
En la peor escena de aquello habían lágrimas, sonaban sollozos, el alma yacía destrozada. Y lo verdaderamente terrible descansaba para siempre en el centro de todo aquello: Un corazón roto, herido, magullado, que no volvería a amar nunca más.


créditos de la imagen a thevinetimes.com

jueves, 6 de septiembre de 2007

Pastel: copos amarillos sobre fondo rosa

Mi corazón palpita, sufriendo una ausencia.
Hoy, se que me hablaste. Y te lo digo: entendí el mensaje.

Gracias. Dondequiera que estés, quienquiera que seas.


¿Qué por qué? No lo se, ni lo puedo explicar ni lo comprendo, mas... lo creo, con los ojos cerrados lo creo. Arrodillado, por fin entiendo que estuve en un error. Perdóname, si crees necesario un castigo, lo aceptaré sin chistar. Lo lamento...

...yo también te quiero...

Respira!

Manos. Y goma de mascar.


ese día había tenido una de las peores pesadillas de mi vida.
Y en ella no hubo violentos monstruos ensangrentados, ni exámenes de matemáticas, ni hologramas realistas de pies apestosos tamaño elefante.
Sólo estábamos yo y un vacío interminable.
Y luego, por alguna razón, tomé conciencia de que estaba dormido y que todo era un sueño.
Intenté despertar mas no pude.
Hállandome en tal situación, al tratar de ubicarme, pude sentir mi cabeza sobre la almohada, las cobijas sobre mi cuerpo. Mis ojos... ¿estaban abiertos? No me lo pareció así.
Me sentía como si fuera un ser liviano, encapsulado en un cuerpo mal acostado sobre un colchón viejo y podía observar desde un punto de vista único. Mi cuarto no lucía como mi cuarto ni el mundo como el mundo.
Luego quise moverme. Pero supongo que un cerebro y una columna vertebral eran lo que me ataba aún a mi forma física, que en ese momento pude sentir bien: Sentía que estaba recargado sobre mi brazo derecho, lo cual interrumpía el flujo normal de sangre. También sentí que mi corazón exhausto bombeaba con fuerza para no dejar que algo malo le pasara a las células de mi brazo.
Pero luego sentí mis pulmones, y mi respiración: Como estaba mal acomodado -mi cabeza vuelta sobre la almohada, mis costillas comprimidas- apenas podía respirar. Me alarmé, pues creí que poco era lo que realmente podía hacer.
Y entonces la desesperación comenzó y me pareció que no terminaría nunca. Pensé que iba a morir, ahí, sin poder hacer nada por salvarme. Fue cuando intenté gritar. Pero mi cuerpo parecía estar en otra parte, como si fuera un robot sin piloto, sólo una cosa con funciones automáticas de mantenimiento. Y yo, me sentía como un punto suspendido en el centro exacto de mi ser, un punto que no podía estirarse a alcanzar los "mandos" que le devolverían el control sobre mis facultades.
Cada momento que pasaba era una angustia terrible, pues según yo gritaba y pataeaba, pero mi cuerpo estaba ahi, abandonado y sin esperanzas.

Los minutos me parecían eternos, de duración infinita... Casi me rindo -sentía que estaba desapareciendo!-, pero luego, sentí como si un balde de agua hubiera bañado mi forma incorpórea, pues fue como sentirme refrescado, aclarado, despierto...

Me incorporé en la cama aspirando una enorme bocanada de aire, y sentí de inmediato la oleada de sensaciones que correspondían a lo que antes describí... Mi brazo cosquilleaba, respiraba profundamente (pero con dificultad), y el fuerte palpitar de mi corazón retumbaba en mis oidos, haciéndome claro que era el único sonido de aquella noche obscura.

Cuando la cabeza se me aclaró, aún estaba asustado. Muy asustado. Y entonces fue cuando noté que mi cuarto seguía allí, tal cual lo dejé: el telefono, el reloj, la computadora, la Tv... fue como si todo -la casa, los materiales, la ventana, el cielo en la ventana, el mismo aire que respiraba- se materializara al instante. Recordé entonces que una vez oí que las cosas no existen, no hay un "mundo externo" que exista por sí solo, pues la objetividad no es más que una ilusión... que la realidad existe hasta que la percibimos (mediante nuestro cerebro y nuestros organos receptores), lo cual implicaría que el "mundo externo" no existe si no estamos aqui para percibirlo, y que nosotros no existimos si no tenemos un "mundo externo" que percibir, un "mundo externo" en el cual ubicar nuestra "posición", nuestra forma física... nuestra misma vida.
También recordé que alguien dijo que, a veces, cuando dormimos, pasamos a otro estado de conciencia en el cual nos es casi imposible distinguir entre lo que es un sueño y lo que no. Es decir, nuestra mente está en otra parte.

Entonces, si la realidad existe en nuestra mente (el mundo existe cada vez que lo percibimos y nosotros cada que lo percibimos) no pude dejar de pensar en que, de alguna forma u otra, mis sueños debían existir, puesto que los percibo como cosas tan reales como este mundo y, de inmediato, me pregunté ¿Qué tal si un día no despierto en esta realidad? ¿Qué tal si un día mi mente decide que el mundo "real" no es este, sino uno de los tantos que visito cuando estoy dormido?
Por suerte, hoy tuve la fortuna de que, después de viajar por varias "realidades", volvi aquí, a esta realidad, la que mi mente elige que es "la buena".
Pero ¿Y si mañana no? ¿Qué si sucediera que amanezco en otro mundo, en otro plano existencial? ¿Cómo sería? ¿Aterrador? ¿Podría volver aquí?

No tengo esas respuestas pero sí muchas más preguntas... lo que se de cierto es que cuando por fin amaneció, abracé a mi familia muy muy fuerte.
Quien sabe, quizás el día de mañana, en esta realidad, mi cuerpo amanece, pero sin mi.

Seguro me declararían en coma y yo... creo que extrañaría este lugar...


créditos de la foto a rossmania.com

addio, Pavarotti!


una vida dedicada al arte
(1935 - 2007)


(no dan ganas de abrazarlo? :S)

martes, 4 de septiembre de 2007

apología...



pues bueno. oficialmente METROID PRIME 03: CORRUPTION ES MIO!!!!
SIIII!!! EL PODER! EL PODER ABSOLUTO JAJAJAJA!

bueno, después de mi desplante, la palabrería:

un libro es excelente: es alimento para la imaginación y fuente abundante de conocimiento y saber.
un cómic, además, incluye dibujitos. La verdad los comics no son mucho de mi gusto (a duras penas he leido uno o dos en mi vida) y la mayoría de las veces son historias de superhéroes y no aportan demasiado a tu conocimiento... pero, sigamos:
una pelicula, tiene animación y audio en 5.1 canales y cosas así.
pero un videojuego... un videojuego te hace partícipe en la historia que te están contando, esa interacción que te hace el impulsor de los eventos que ahi suceden, ya sea en una consola viejita o con una de última generación en una pantalla HDTV.
La verdad si no eres videojugador, te invito a que lo pruebes un día. Seguro conoces a alguien que puede recomendarte un buen juego o incluso prestártelo. No te dejará mal sabor de boca.
Lo que si es un hecho es que cada día más y más gente prueba un videojuego y les agrada y se vuelven jugadores frecuentes, con lo que se va levantando poco a poco esa especie de imagen que se tenía de que si eres videojugador entonces eres un nerd.
Claro que a casi todo nerd gusta de los videojuegos, pero ahora que otro tipo de personas se va uniendo a la comunidad, ya no se asocia tanto la imagen del nerd al videojuego. Una de las causas de esto es que los fabricantes van haciendo juegos para todo tipo de intereses y gustos, por lo cual es casi seguro que si buscas, encontrarás algo muy de tu agrado.