Era la hora, era justo ahora, en este preciso momento. Y poco a poco el cuarto se iba llenando con el sonido de los grandes ventiladores que mantenían operables a sus dispositivos de procesamiento electrónico.
Tap tap tap! corría de un lado a otro, ora activando la máquina que lo grabaría todo en cinta magnética, ora encendiendo la impresora que le entregaría los datos. Checa la temperatura, checa los cables ¡oh no! este computador está desconectado y la tira de contactos ya está llena! Corre! corre por una extensión!
Inmensurable y exagerada resultaba la cantidad de electricidad que todas aquellas computadoras devoraban a cada segundo, y es por eso que él se tenía que dar prisa! En cuanto la compañía electrica descubriera su operación, seguramente le cortarían al suministro. Había hecho los cálculos muy precisos en un cuaderno que ya estaba todo lleno con escritos y cálculos que él había hecho una noche desesperada en vela, aquella noche fatpidica en la que por fín se le ocurrió el algoritmo, el método con el cual lograría que su computador principal pudiera divisar una solución y una forma de transformar toda esa información, toda esa energía, interpretarla, darle un sentido y sí!!! finalmente obtendría los datos! los tan codiciados datos!
Y todo era perfecto, todo era preciso, todo encajaba.
Lo único que había hecho falta era considerar una constante que al parecer era el residuo que acarreaba la información cuando viajaba a través del agujero redimensionador!
Era maravilloso, era exacto, estaba prohibido por las leyes naturales hasta ahora!
Pero ahí estaba él! corriendo en su enorme, espacioso y encerrado laboratorio, preparando todo, dandole las señales y la información inicial a toda esa pila de transistores y procesadores, los prepararía para recibir y comerse toda esa información, y hacer lo que nadie nunca había hecho!! descifrar lo indescifrable, escuchar lo inaudible y transformar lo inexistente!!
Era como una sinfonía imperfecta, pero de alguna manera, era totalmente armónica.
Así que, cuando todo estuvo listo, oprimió la tecla de "Ejecutar", la cual a la velocidad de la luz desencadenó una serie de reacciones, una serie de respuestas, un flujo gigantesco y absurdo de electricidad... Ceros y unos, Millones de Gigawatts viajando vertiginosamente de una computadora a otra, de una máquina que interpretaba los paquetes de información a otra que los modificaba, reescribia y codificaba de tal forma que la siguiente pudiera realizar una fórmula, una función mucho más complicada con ellos.
Cuando en la pantalla monocromática aparecieron las palabras "Núcleo de procesamiento 32: Secuencia de interpolación dimensional iniciada" el corazón le dió un vuelco y podía escuchar los tamborazos de su músculo cardiaco en la cabeza. Sudaba a mares, pues nunca había llegado tan lejos, y estaba seguro que éste era el punto clave, el punto crítico, el punto de inflexión, el clímax de aquella indescriptible novela electrónica.
Cuando en la pantalla monocromática aparecieron las palabras "Núcleo de procesamiento 32: Secuencia de interpolación dimensional iniciada" el corazón le dió un vuelco y podía escuchar los tamborazos de su músculo cardiaco en la cabeza. Sudaba a mares, pues nunca había llegado tan lejos, y estaba seguro que éste era el punto clave, el punto crítico, el punto de inflexión, el clímax de aquella indescriptible novela electrónica.
Su experimento daría resultado, después de años de prueba y muchos intentos fallidos por obtener los datos significativos, por fín le serían entregados! Y sería el primero en toda la historia del universo en haber develado tan impresionante secreto!
Se sintió un "jalón" en el aire cuando el agujero dimensional finalmente se activo y operaba a toda su capacidad. Una succión cuyo origen era ése hueco en el tiempo que estaba frente a él, su segunda más grande obra, el generador de agujeros dimensionales.
Su cabello, su corbata se agitaban en dirección a la distorsión espacial que él había creado, todo el polvo, toda la basura del laboratorio era chupada por la monstruosidad científica, y el ruido era cada vez más insoportable.
Pero a él no le importaba, tenía una enorme sonrisa en la cara mientras experimentaba el momento más emocionante de su vida.
La primera alarma sonó, esto quería decir que los de la compañía electrica ya sabían de su paradero, y que quedaban sólo 2 minutos antes de que le pusieran fin a su magnifica empresa.
Se estremeció, pues 20 segundos antes de lo previsto la gigantesca y ruidosa impresora ya estaba comencando a encender sus luces de "recibiendo información" y seguido de eso se activó la que indicaba "comenzando a imprimir datos"
Un grito se le escapó, pues la emoción era tal.
Las primeras tres líneas ya estaban sentadas en la inmensa hoja de papel a la que él ya comenzaba a dar pequeños tirones de impaciencia, 5 segundos después ya podía leer que los primeros datos se habían impreso correctamente, de acuerdo al formateo previsto (aunque aún no podía leerlos pues le quedaban "de cabeza").
Ya estaba dando pequeños brincos de emoción, y en eso...
...sonó la Tercera alarma.
Los ojos se le hicieron grandes grandes grandes, pues si el sistema había pasado de la primera alarma directamente a la tercera eso sólo quería decir una cosa.
Alguien moriría en los siguientes 5 minutos
Continuará