Me muero por crear un mundo.
Me muero por crear un mundo para tí.
Siempre hará un clima lindo allí. El cielo tendrá un azul brillante, vivo, y trozos de nubes lo interrumpirán por aqui y por allá. Hará un Sol precioso. Uno que unicamente sabrá dar amor. Un Sol como aquel que, fría y temblorosa, esperas que nazca en las mañanas heladas de invierno, que cuando por fin se aparece -contagiando todo de alegría- acaricia tus cabellos, besa tus párpados, despierta tus sentidos y roza suavemente cada uno de los vellos de tu piel. Lloverá de vez en cuando. Será una lluvia ligera, tibia, deseable. Nos tomaremos de la mano y caminaremos entre ella. Cerrando los ojos, gritaremos lo libres que somos, y la naturaleza nos responderá con un relámpago que desgarrará el cielo sobre nuestras cabezas. Con asombro, correremos, y jugaremos, rodaremos empapados por el pasto, riendo.
Mojados y refrescados, nos besaremos.
A veces será una lluvia fria, de esa que congela hasta los huesos. Y entonces, encenderemos la chimenea y prepararemos té, o chocolate y, abrazados, observaremos como las gotas llegan a morir hasta nuestra ventana, y que más allá de ella, llegarán para allimentar nuestro campo, que estará sembrado de sueños.
Y agazapados, nos besaremos.
Por las mañanas saldremos a correr. Cada quien tomará una dirección diferente, en un jardín grande que estará cerca de casa. Después del saludable ejercicio nos encontraremos, poco a poco nos detendremos y nos miraremos, despeindos, agitados, sin poder decir una palabra. Y entonces sabremos que nos amamos más allá del plano de lo físico. Regresaremos a casa y tomaremos un baño. Te prepararé el desayuno.
Y listos para enfrentar un nuevo día, nos besaremos.
A veces tendremos la necesidad de dejar nuestro mundo. Y aunque a diversos lugares la responsabilidad de viajar tengamos (para mantener llenito nuestro refrigerador) estaré seguro, seguro, de que juntos viajaremos. Al terminar esta agotadora jornada volveremos a casa y por largo rato nos escucharemos.
Y aprenderé a cocinar, a hornear. Y con amor un pay te prepararé, estará relleno, lo disfrutaremos y luego me lo embarrarás en la cara, te perseguiré por la sala, y caeremos al suelo, riéndonos hasta que no podamos más. Nos dolerá tanto el estomago que quietos nos quedaremos.
Y allí, embarrados, nos besaremos.
En la sala habrá estantes, repletos de libros. Todos los días tomaremos uno diferente y lo actuaremos para nuestros hijos, con quienes reiremos de lo gracioso que nos comportaremos. Tan natural será hablar de amor en nuestra casa...
También tendremos un Nintendo. Jugaremos y competiremos. Cuando pierdas, te pondrás de pie sobre el sofá y tomarás una almohada y comenzaras una guerra. Me defenderé y caeremos con todo y sillón. Riéndonos, sin importarnos nada más, nos observaremos en silencio. Te recordaré lo hermosa que eres, y mi vocabulario carecerá de las palabras para poder comunicártelo. Me contarás lo imposible que te resulta decir cuanto me amas. Haré un intento por ayudarte.
Tirados en la sala, nos besaremos.
No harán falta relojes en nuestra casa. El tiempo será algo tan irreal allí...
Los días en nuestro mundo comenzarán cuando despertemos y terminarán cuando, para dormir, acostados estemos.
De vez en cuando cantaremos. Prepararemos algunas canciones, con nuestro equipo y nuestro auditorio invisibles. Por un momento nuestras horas serán gloriosas. Gozaremos de una fama que nadie más podrá disfrutar, hasta quedarnos sin voz.
De vez en cuando cantaremos. Prepararemos algunas canciones, con nuestro equipo y nuestro auditorio invisibles. Por un momento nuestras horas serán gloriosas. Gozaremos de una fama que nadie más podrá disfrutar, hasta quedarnos sin voz.
Y con la garganta desgastada, nos besaremos.
También bailaremos. Después de observarnos en silencio a la luz de una tenúe veladora, al compás de un ritmo suave y con las demás luces apagadas, cada vez más lento... cada vez más cerca.
Por la noche, cuando la luna bañe de plata nuestro jardín, saldremos a caminar, descalzos. Tranquilamente, tomados de la mano, andando sobre la frescura del campo, llegaremos hasta nuestro árbol y en la hierba que hay debajo de él nos tumbaremos. Comentaremos sobre las estrellas, sobre sus nombres, hasta que el sueño nos venga a visitar y sobre tus ojos se refleje tu cansancio. Te cargaré hasta la cama y te diré lo inolvidable que ha sido mi vida desde que a ella llegaste.
Dormidos y despiertos, nos besaremos.
Un buen día dispondremos de grandes rotafolios en la mesa de nuestro comedor -una mesa grande- y nos subiremos sobre ella, armados con plumones, pinturas y pinceles. Entonces trazaremos nuestros planes y todas aquellas cosas, sueños y deseos que siempre quisimos hacer. Luego ya no será tan serio, y nos pintaremos la cara y reiremos. Empacando alguna cosa, subiremos al auto y cerraremos la puerta de nuestro mundo, dejándolo al resguardo de nuestro amigo, quién caminará en cuatro patas.
Durante días, visitaremos a nuestros amigos, a nuestros padres, al resto del mundo.
ALgo más he de decir! Otro día cargaremos toallas y una hielera, y visitaremos el mar, que cerca de casa estará. Allí observaremos el ocaso, correremos por la playa y también nadaremos... Caminaremos de vuelta a donde nuestros hijos estén, les tomaremos fotos con sus castillos de arena y luego comeremos los emparedados que con tanto amor has preparado y que, en secreto, llevaste todo el tiempo en una canasta, de la que nadie supo nada en todo el viaje. Nos amaremos tanto...
Arte: Thomas Kinkade
-su sitio web-
-su sitio web-
4 comentarios:
wow!...de verdad me encantó y no pude evitar sonreir... muxas gracias x mostrarme una imagen clara de lo que kiero en un futuro..lo que kiero en esa persona mil gracias...esta increible lo que escribes...
att..no creo que importee!! haha
pues... si me importan mis lectores, no son muchos, pero me importa saber quienes son.
ok ok...si te importa tanto el nombre!...no tngo blog pro tngo la intención de hacer uno...prometo que en cuanto lo haga serás el primer invitado, las cosas que escribes se lo merecen!...att. bren...
je, crei que no volverías para ver si te daba una respuesta.
¡pero volviste!
que genial e inesperado.
y gracias por invitarme a tu aún inexistente blog!
suerte en todo!
Publicar un comentario