viernes, 17 de agosto de 2007
Adventures of the Spoon Knight vol.1
Ella me miraba con seriedad.
Allí yacía, derrotado. Caí con las manos y las rodillas, y observé cómo se levantaba una pequeña nube de polvo purpúreo. Reinó el silencio en mi mente, de modo que no escuche sus tranquilos pasos cuando se acercó a mi.
Se apoyó en un rodilla y levantó mi cuchara del suelo. Le sopló gentilmente el polvo, y la frotó suavemente con su túnica hasta que volvió a reflejar el imposible cuadro distorsionado de aquel mundo extraño.
- La verdad no está en la cuchara - Me dijo - La verdad está en tu corazón. Siempre ha estado allí.
Levanté la mirada y mis brazos. No me sentía siquiera con derecho de incorporarme, por lo que permanecí arrodillado. Mi fracaso había sido rotundo, definitivo, abrumador.
- El reflejo - continuó - es el reflejo de tus creencias. Debes aprender que la superficie lisa, limpia, brillante no está en la cuchara. Es el potencial en tu alma. Es la posibilidad infinita que tienes de hacer un acto noble, de ser humilde, de hacer el bien, de procurar la justicia y sobre todo de amar.
Su voz era limpia, tranquilizante, armonica y parecía llegar a mis oidos desde un lugar muy lejano, pero conocido, agradable, familiar. Caminaba despacio al pronunciar estas palabras, y mientras hablaba, me parecía que aumentaba en resplandor. Era como si una luz emanara de todo su ser, una luz limpia, cálida como el sol en una mañana que descongela con amor la nieve de los árboles en primavera. Frotaba con cariño los últimos rastros de polvo de mi cuchara, y la contemplaba con verdadera ternura.
Se detuvo.
-Amar incondicionalmente.
Y mientras decía esto alzó la cuchara, de donde brotó un destello fulgurante y que me pareció que inundaba la superficie de aquel mundo, llevando la luz hasta el más ínfimo rincón, sin dejar una sola sombra, un solo vestigio de la oscuridad del espacio.
Cuando pude abrir los ojos, aún seguía cegado por la luminosidad de aquel resplandor, y poco a poco fui distinguiendo lo que había alrededor mío.
Estaba en casa.
¡Si! En casa! Había vuelto al planeta tierra!
Ella seguía parada tal como la había visto antes de que ocurriera aquello. Estaba parada frente al sillón de la sala. Noté que en el sillón, una figura infantil se movió. Estaba dormida, y se había acomodado con un ligero murmullo...
Era... mi hija...
¿¡Cómo describir la sensación que me causó aquella escena!? Tras días de intentar olvidar aquello... ¡mi hijita estaba allí! ¡estaba viva! Yo... yo...
-No... no puedo... creerlo...- Sin poder contenerme, las palabras escaparon de mis labios.
Y entonces Ella se acercó, colocó la cuchara en mi mano y me besó en la frente, al tiempo que una lágrima resbalaba por mi mejilla.
- Ése es el problema.
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1 comentario:
fantastico!, simplemente fantastico... sin palabras!, no hacen falta...
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