La Juventud no es una etapa de la vida, es un estado mental; es un estado de ánimo de la voluntad, una característica de la imaginación, el vigor que tienen las emociones, una predominancia del valor sobre la cobardía, un apetito por la aventura en vez de una afición hacía las cosas fáciles.
Nadie envejece simplemente por vivir muchos años, la gente envejece por abandonar sus ideales. Los años arrugan la piel, pero abandonar el entusiasmo arruga el alma. Preocupación, duda, desconfianza, miedo y desesperación -- éstos son los "años" que hacen agachar a la cabeza y que vuelven al creciente espíritu nada más que una pila de polvo.
Tenga setenta o dieciséis, existe en el corazón de cada ser el amor de las cosas maravillosas, el dulce asombro por las estrellas y por las cosas y los pensamientos estrellosos, el inquebrantable desafío a los retos, ése infalible apetito infantil por conocer "lo que viene", por sentir la alegría y regocijarse en el juego de la vida.
Eres tan joven como tu fé y tan viejo como tu duda. Tan joven como tu confianza y tan viejo como tu miedo. Tan joven como tu esperanza y tan viejo como tu desesperación.
Mientras tu corazón siga recibiendo mensajes de belleza, ánimo, valor, grandeza y poder, ya vengan de la tierra, del hombre o del Infinito, seguirás siendo jóven.
-- Samuel Ullman
en la imagen: carta de Tarot "El Tonto", del deck Rider-Waite
en la imagen: carta de Tarot "El Tonto", del deck Rider-Waite